sábado, 20 de abril de 2013

Una Noche En Varsovia, Polonia


Una noche del 2011, en Varsovia, Polonia, antes de que empiece la anécdota que no puedo contar en este blog, tomamos algo y nos fuimos con mis amigos a los bares de Varsovia. Todas las chicas eran tan lindas que las palabras las degradarían. Un amigo mío, lujanero, que había conocido hacía un día en Varsovia, pretendía hacerles creer a las polacas que habíamos llegado en un avión particular. Yo les decía que eso era mentira porque pensaba que la sinceridad iba a ser recompensada.


(Como ninguna polaca va a leer esto, voy a contar que es verdad que los polacos las tratan muy mal, se juntan a jugar al poker y no le dan bolas a todas esas nicolesneuman, entonces si va un argento y las piropea un poco se mojan mucho porque no están acostumbradas a los piropos ni a los turistas argentos.) (Había una que tenía los ojos violetas.)

En ese bar, unas chicas, luego de obligarme a tomar muchos chupitos, nos invitaron a ir a un boliche. Fuimos, en taxis, todos mezclados, 15 minutos de taxis atravezando esa ciudad tan rara que es Varsovia, y cuando entramos pasamos muchos metros de pasillos hasta entrar a un megaboliche, y pensé “Cuánta guita me habrán de currar en la entrada?” pero al llegar a la presumible boletería nos miraron extrañados: era gratis. Hacía más de 20 años que había terminado el comunismo en Polonia, pero todavía no habían logrado cobrar entrada en los boliches. Creo que solo le cobraban a las mujeres. Intentamos dejar las camperas en los guardarropas pero también eran gratis. Una chica demasiado linda te daba un numerito, pero se negaba a cobrarte. También se negaba, aunque con dudas, a que uno cruce al guardarropa de un salto típico cajon-y-colchoneta, y la emperne en la posición perrito entre todas las camperas.

Llamar a esa megadisco “El Paraíso Terrenal” sería una hijoputez para lo mayor que Dios pudo imaginar en los siete putos días que creó este kilombo. Había un 80% de polacas contra un 20% de polacos mala onda, y cada polaca estaba más buena que el gol de Maradona a los ingleses. Creo que dije la frase: “You're the most beautiful fuckin polish girl que vi en mi vida” como 50 veces, mientras abrazaba a todas las polacas quienes se sorprendían ante el cariño argentino. Mientras abrazaba a cada una y sentía que se me paraba un poco la pija, me tenía que ir enseguida porque pasaba otra más linda que me miraba de una forma que tenía que soltar a la que estaba abrazando.

A la salida, ya era de día, lloviznaba y me encontré con 20 taxistas que no me querían llevar. Creo que se negaban porque yo no sabía muy bien adónde tenía que ir. Al final uno entendió mis explicaciones (“donde empieza Old Town, la parte toda peatonal, dejame ahí que creo que sé como llegar”, en mi raro inglés) y le dejé una propina generosa y le dije muchas veces que “You save my life”, nada más porque no podía creer todo lo que estaba pasando, y acá empieza la anécdota que no puedo contar en mi blog.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me hiciste reir con esto man.... Estuve en Varsovia y es tal cual!!! Son todas perras! Y te recomiendo ir un toque mas al norte: Letonia, Lituania y Estonia son como llegar al cielo de las rubias. Ver un morochazo es raro y encima que las traten bien se mean encima. La que vende diarios en Buenos Aires sería modelo. Nuevamente, me hiciste reir mucho y acordarme de una que vi en un Mc Donald del shopping de Varsovia, literalmente con los ojos violetas, casi la violo con la mirada.
Abrazoooo

Ale R dijo...

Sí, estuve en Letonia (Riga) y son MUCHO MÁS LINDAS (todavía) pero no te dan bola. Aguante Varsovia.