Hoy, mientras almorzaba, me crucé
con un ícono sexual a la década del 70, a la cual nunca le dediqué una paja por
una cuestión generacional: cuando empecé ella ya había pasado de moda (aunque
por aquellos tiempos Attaque 77 le hizo una canción.). Tenía anteojos violeta
y mucha locuacidad. Se acercó a mi mesa y me dijo: “No lo puedo
creer!!!!!!!!!!!!!!!! Sos igual a un amigo que murió. Igual, igual, igual. Se
me paró el
corazón cuando te vi, te juro”. Se quedó mirándome como embobada y
buscando conversación. Pensé: “¿Esta me está tirando onda? Me la cogería nada más
que para contarle a mis amigos.” Pero esforcé una sonrisa y seguí leyendo mi
libro, el último de Stephen King.
Seguí manejando y me crucé con
muchos camiones, y pensé: “Carneros” aunque me parece ridículo un paro por el
impuesto a las ganancias (reconozco que está muy alto pero no da para un paro.)
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