jueves, 28 de junio de 2012

El Hombre Del Futuro Es Descubierto Por Cantar Una Canción



En la última novela de Stephen King, titulada 22/11/63, el personaje encuentra una puerta al pasado que lo lleva al año 1958, un mundo donde todos fumaban tabaco todo el tiempo. Entonces decide quedarse 5 años para evitar que maten a John F. Kennedy y así hacer un mundo mejor. En el camino, en los cinco años que tenía que esperar, se pone de novio con una chica. Pero un día, al escucharlo cantar una canción, la chica empieza a sospechar que hay algo raro en su vida. Acá extraigo esa parte de la novela:


¿George? ¿Puedes venir al salón? Quiero hablar contigo.

¿No sería mejor que metieras la carne picada y las chuletas de cerdo en la nevera? Y me parece que el helado de…

¡Pues que se derrita! —gritó, y eso me sacó de mi ensimismamiento a toda prisa.

Me volví hacia ella, pero ya se encontraba en el salón. Tomó los cigarrillos de la mesa junto al sofá y encendió uno. Debido a mis suaves insistencias, había intentado dejarlo (al menos estando yo presente), y ese gesto de algún modo se me antojó más ominoso que el hecho de que hubiera alzado la voz. Entré en el salón.

—¿Qué pasa, cariño? ¿Algo va mal?

Todo. ¿Qué canción era esa?

Su rostro se mostraba pálido y rígido. Sostenía el cigarrillo delante de la boca a modo de escudo. Me di cuenta de que había cometido un desliz, pero ignoraba cuándo o dónde, y eso me asustaba.

—No sé a qué…

—La canción que cantabas en el coche al venir. La que berreabas a pleno pulmón.

No me acordaba. Imposible. Únicamente recordaba el pensamiento de que (...). Seguro que me había puesto a cantar, pero lo hacía a menudo cuando estaba pensando en otras cosas; ¿no lo hacemos todos?

—Supongo que sería algo que escuché en la K-Life y se me metió en la cabeza. Ya sabes lo que pasa con las canciones. No entiendo qué te ha alterado tanto.

—Algo que escuchaste en la K-Life. ¿Con esta letra: «Conocí a una reina en Memphis empapada en ginebra, quiso subirme a su cuarto y montar una juerga»?

No fue solo que se me hundiera el corazón; tuve la sensación de que todo mi organismo zozobraba por debajo del cuello. «Honky Tonk Women». Eso había estado cantando. Un tema que no se grabaría hasta al cabo de siete u ocho años, de un grupo que ni siquiera conseguiría un éxito en América hasta pasados otros tres. Mi mente se hallaba en otras cosas, pero aun así, ¿cómo había podido ser tan idiota?

—¿«Me sopló la nariz y me dejó la mente flipando»? ¿Escuchaste eso en la radio? ¡La Comisión Federal de Comunicaciones clausuraría una emisora que pinchara algo así!

En ese instante empecé a enfadarme. Sobre todo conmigo mismo… pero no exclusivamente. Yo estaba caminando por la cuerda floja y ella me gritaba por un tema de los Rolling Stones.

—Tranquilízate, Sadie. Es solo una canción. Ni siquiera sé dónde la oí.

—Eso es mentira y ambos lo sabemos.


Y si después de esto no te dan ganas de escuchar “Honky Tonk Women”, es que tenés el culo rotísimo. Dejo una versión del año 69 en el Madison Square Garden, cuando los Stones tenían los mejores peinados del mundo.



Conocí a una reina empapada en ginebra en un bar en Memphis,
Trató de llevarme arriba para un paseo
Tuvo que levantarme sobre sus hombros
Porque por más que bebiera no puedo sacarte de mi cabeza.

Son las mujeres del Honky Tonk
Dame, dame, dame los Blues del Honky Tonk.

Me acosté con una divorciada en Nueva York,
Tenía que arreglar algún tipo de pelea
La seńora entonces me cubrió de rosas,
Esnifó mi nariz y luego esnifó mi mente.

Son las mujeres del Honky Tonk
Dame, dame, dame los Blues del Honky Tonk. 



***

Actualización del 22/03/2016; Estoy mirando la mineserie. Va por el capítulo 6/8. La chica ya sabe que era del futuro, así que esta parte no va a aparecer en la serie. Lo más parecido es que en uno de los primeros episodios toca en el piano y canta unos acordes de I Saw Her Standing There y alguien le pregunta si los compuso él.
 

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